Por: Edmundo Olivares Alcalá
Es necesario y urgente reformar la Constitución con el propósito de no restringir la posibilidad de que ministros religiosos se asocien con fines políticos o realicen proselitismo.
El senador Pablo Gómez Álvarez, del PRD, propuso lo anterior a través de una iniciativa presentada este día ante el Pleno del Senado, y planteó la derogación del inciso (e) del Artículo 130 de la Constitución, en materia de culto público e iglesias.
El senador perredista argumentó que los sacerdotes de todos los cultos religiosos son ciudadanos cuando tienen las cualidades exigidas para cualquiera, por lo tanto de igual forma deben gozar de las prerrogativas que la ciudadanía tiene.
Pablo Gómez explicó que la libertad religiosa no tiene más límites que el carácter laico del Estado, lo cual significa que el Estado no reconoce religión alguna como propia, pero tampoco desconoce las religiones y mucho menos las persigue.
Asimismo, señaló que, por un lado, resulta evidente que muchos sacerdotes, especialmente los de la alta jerarquía, no respetan el contenido de dicho inciso y, por otro, la autoridad sólo podría aplicar los correctivos de la ley en situaciones excepcionales, lo cual da lugar a una relación de “abuso-tolerancia”.
Explicó que “la supresión de algunos derechos a los sacerdotes no afirma el Estado laico en la medida que crea una excepción del principio de igualdad ante la ley y de membresía plena de todos los ciudadanos dentro de la República”.
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