A favor, la elevada productividad; en contra, su distancia de la sociedad
En una revisión que analistas y politólogos hicieron a las tareas realizadas por la Cámara de Diputados, los legisladores oscilan entre altas notas y señalamientos de retrocesos notorios.
Se trata de la 60 Legislatura (2006-2009). La que cerró el paso a Vicente Fox a San Lázaro, en su último informe, y ante la cual Felipe Calderón rindió protesta en la tribuna tomada. Es la de la clausura del salón de sesiones y de debates para la reforma petrolera, y es aquella que en sus últimas sesiones se sacudió por la emergencia del virus de la influenza humana.
Pero también es la que logró sacar en tiempo y forma el llamado paquete económico, con la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, votados por consenso, un resultado difícil de creer, desde la perspectiva del conflicto postelectoral de 2006.
Junto a los puntos a favor, se anotaron aspectos de eventual reprobación, como el hecho de que las cuentas públicas de Vicente Fox, excepto la primera, sean aún debate abierto, cuando por ley ya deberían de ser cuestiones cerradas.
El politólogo e investigador del Tecnológico de Monterrey, José Fernández Santillán, considera que la Cámara tiene una alta productividad, con temas de la reforma del Estado, como el cambio del formato presidencial “que terminó con un ritual que venía de siglos, no de la época posrevolucionaria”.
Como punto en contra, dice que en la opinión pública hay un ambiente de reprobación a la figura del diputado, alentado por los legisladores que ven a la política como una respuesta privada a intereses particulares.
El investigador de la UNAM, Efrén Chávez Hernández, quien también otorga alta calificación a la Cámara señala una debilidad: la distancia entre la sociedad y los diputados.
Desde su perspectiva, se tiene que avanzar en “socializar la tarea del Congreso, que cuenta con un canal de señal de cable, pero su mensaje tiene que llegar a toda la población, para que se conozca su quehacer y responsabilidades”.
Ello, indica, generaría una mayor cultura política y de participación de la sociedad.
Para Porfirio Muñoz Ledo, quien estuvo a cargo de la Comisión Ejecutiva para la Negociación y Construcción de Acuerdos para la Reforma del Estado, en la Legislatura que concluye prevaleció la complicidad, aunque hubo avances menores y retrocesos. Afirma que el fracaso más espectacular se dio con la violación de la ley de la reforma del Estado. México, D.F. Juan Arvizu (El Universal)
lunes, 1 de junio de 2009
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