El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza, manifestó que cualquier ataque a los periodistas en México atenta contra la democracia.
El ombudsman capitalino opinó lo anterior al manifestar su preocupación por las amenazas de muerte que ha recibido la periodista Lydia Cacho.
Ante ello, Álvarez Icaza llamó a las autoridades responsables a garantizar la seguridad e integridad física de la escritora.
De acuerdo con información proporcionada por la escritora, un automóvil Chevy modelo 2008 color azul plata se ha apostado en los últimos días, durante varias horas, frente a su domicilio en Cancún.
Testigos señalan que en una ocasión descendió del vehículo “un hombre de aproximadamente 1.60 metros de altura, tez morena y de complexión robusta”.
El sujeto inspeccionó y tomó fotografías de la vivienda de la periodista, luego se acercó a su automóvil para fotografiarlo e inspeccionar las llantas delanteras.
La CDHDF dijo que los testimonios señalan que el hombre portaba una pistola tipo escuadra fajada en la parte baja de la espalda.
Tal situación se suma a las amenazas de muerte que ha recibido en su blog y que se presumen como actos que buscan amedrentar a la informadora y defensora de derechos humanos, quien dio a conocer la existencia de una red de pederastas en Cancún.
Cacho aseguró que el tono de las amenazas por internet ha ido creciendo. “Ahora incluso amenazan hasta con decapitarme”, dice la autora de Los Demonios del Edén.
Álvarez Icaza cuestionó los esfuerzos que han realizado las autoridades para prevenir y castigar las agresiones a periodistas. Aseguró que la actuación oficial sólo ha mandado señales de debilidad e impunidad para garantizar el trabajo periodístico.
“La mejor manera de protegerlos es a través de la justicia, porque no habrá escoltas que alcancen”, dijo.
El titular de la CDHDF dijo que las señales de alarma están prendidas desde hace tiempo, pues en los últimos años las ceremonias de entrega del Premio Nacional de Periodismo inician recordando a quienes cayeron.
“¿Qué tendrá que pasar para que el próximo premio no empiece recordando a los periodistas que murieron, a los que fueron levantados o los que están desaparecidos? Es impresionante la ineficacia del aparato de justicia para la protección de los periodistas, eso es parte del más grave problema”, señaló. Claudia Bolaños (El Universal)
jueves, 28 de mayo de 2009
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