No hay presupuesto público para mejora continua, argumenta
El presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Éctor Ramírez Barba (PAN), señaló que la industria farmacéutica financia la mayor parte de gastos en educación médica continua de los profesionales de la salud. Está pendiente medir el impacto que este apoyo puede tener en la ética del médico.
Sin embargo, no existe presupuesto público para capacitar a los profesionales de la salud, dijo en entrevista.
Este diario informó ayer que la industria farmacéutica envía visitadores a los médicos, a quienes las compañías pagan viajes a congresos.
Las prácticas entre compañías farmacéuticas y los médicos “se debería revisar”, afirmó el panista Ramírez Barba.
Se trata de “una preocupación que existe”, por lo que el gobierno federal tomó la medida de prohibir que los representantes de las empresas acudan a los lugares de consulta.
“Está pendiente conocer el impacto que puede tener desde el punto de vista ético”, la promoción de los productos de la industria farmacéutica. El efecto estará “en la conciencia de cada profesional”, apuntó.
La prohibición a que los agentes de los productores de medicinas visiten a los médicos obedece a que dicho contacto “afectaba el planteamiento que el profesional de la salud estuviera teniendo del paciente”.
Lo que está prohibido en el sector público no se puede aplicar para los particulares, ya que cada médico puede disponer de su tiempo como le guste.
Dijo que la relación que se ha dado, tendría que ser revisada, “incluyendo los sistemas de capacitación, la llamada educación médica continua, que es cubierta por empresas farmacéuticas o laboratorios”.
Se tendría que analizar la forma de financiar la capacitación de los médicos, “ya sea a través de impuestos de los mexicanos o de quienes están pagando este tipo de servicio”.
Ramírez Barba dijo que 15% del salario de un profesional se va en educación médica continua.
Lo cotidiano es que los médicos asistan a cursos, congresos nacionales de especialidad. La gran mayoría de estos eventos van cubiertos por la industria farmacéutica.
Desde luego que los representantes de las compañías tratan de vender o promover sus productos, pero la decisión última queda en el criterio ético de cada profesional.
“No creo que alguien afecte su criterio médico, porque lo llevan a un congreso, por ejemplo, nacional de gastroenterología, a Veracruz.
Los médicos, sin distingo de la asociación a la que pertenezca, acuden a congresos a los que se invita a expertos de todo el mundo, y esa práctica mundial no necesariamente está enfocada a la compañía que apoyó para que asistiera al evento, señaló el presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. M´´exico, D.F. Juan Arvizu (El Universal)
miércoles, 27 de mayo de 2009
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