El presidente de la Comisión del Registro Federal de Electores, defendió la implementación de políticas de identidad y protección de datos personales que garanticen esos derechos a los ciudadanos y permitan al país incursionar en el uso de la información biométrica.
El consejero del IFE, Benito Nacif, defendió la implementación de políticas de identidad y protección de datos personales que garanticen esos derechos a los ciudadanos y permitan al país incursionar en el uso de la información biométrica.
El presidente de la Comisión del Registro Federal de Electores del IFE indicó que durante casi dos décadas la credencial para votar con fotografía sirvió como mecanismo de identidad para la población, a pesar de que sólo era un documento con fines electorales.
Por ello, avaló la transformación de la mica expedida por el IFE en Cédula de Identidad y Participación Electoral, como la esbozan la Secretaría de Gobernación y la autoridad electoral, a fin de implementar una nueva política de identidad de las personas.
Consideró que implementar una cédula de identidad de manera paralela a la credencial para votar afecta la actualización del Padrón Electoral, ya que representa una baja de afiliación al Registro Federal Electoral.
El Instituto Federal Electoral terminaría administrando un instrumento decadente, cada vez más desactualizado, con una cobertura más baja y representaría una pérdida de la calidad de los instrumentos electorales, expuso en entrevista.
Sin embargo, con la transformación de la mica en la CIPE, el IFE soluciona casi todas las principales causales de desactualización del padrón, como defunciones, migración y movilidad territorial, mediante el cruce de información con el Registro Nacional de Población, expuso.
Sin embargo, reconoció que entre las desventajas está el enrolamiento de aproximadamente 82 millones de mexicanos en un plazo muy corto, lo que representa "un reto muy grande" para el órgano electoral.
Consideró que un riesgo del proyecto es la licitación que realiza la Secretaría de Gobernación para la conformación de su base de datos, pues debió estar lista y enfrenta una serie de impugnaciones.
No obstante, Nacif Hernández reconoció que la conformación de una base de datos biométricos por el Registro Nacional de Población ha generado cuestionamientos, por lo que será necesario diseñar una política de protección de datos personales.
De igual forma se requiere que el Instituto Federal de Acceso a la Información y el Congreso se involucren en el tema, pues se requiere de una instancia que vigile la protección de la privacidad de los datos y se garantice el derecho a la identidad de las personas.
Por su parte, el investigador Lorenzo Córdova Vianello consideró que la cédula de identidad requiere de un blindaje que evite el uso político, policiaco y de seguridad pública de la información contenida en su base de datos.
En entrevista, reconoció que la credencial para votar con fotografía es un documento blindado en materia electoral, sin embargo, como mecanismo de identidad "es sumamente frágil y endeble", por lo que el país requiere de un mecanismo específico para garantizar el derecho a la identidad.
Consideró que la expedición de un documento de esa característica debe darse con tiempo, previo a un debate amplio y garantizar que no sea producto de una mayoría política sino de un consenso de todas las fuerzas y actores del país.
Se debe cuidar que el nuevo mecanismo de identidad cuente con los candados que garanticen la integridad e imparcialidad en el uso de su base de datos, expuso el especialista en materia electoral.
Advirtió que el proyecto del gobierno federal de expedir una cédula de identidad "abre muchas dudas como propuesta, sobre todo, respecto a su eventual manipulación para fines político-electorales", pues la historia ha revelado el uso incorrecto de la información.
Lorenzo Córdova refirió que una cédula de identidad también requiere de un marco legal elaborado con el consenso de todas las fuerzas políticas, que integre mecanismos institucionales de vigilancia.
Lo ideal, consideró Córdova Vianello, sería la implementación de un documento de identidad en México mediante la fusión de la credencial para votar y una cédula de identidad, a fin de crear una cédula de identidad y participación electoral.
Subrayó que este proceso no puede ser inmediato para aplicarse en 2010, donde se tendrá al menos 14 elecciones locales, ni en 2012, con una elección presidencial, pues lo más conveniente es que sea un proceso gradual. Ciudad de México
El consejero del IFE, Benito Nacif, defendió la implementación de políticas de identidad y protección de datos personales que garanticen esos derechos a los ciudadanos y permitan al país incursionar en el uso de la información biométrica.
El presidente de la Comisión del Registro Federal de Electores del IFE indicó que durante casi dos décadas la credencial para votar con fotografía sirvió como mecanismo de identidad para la población, a pesar de que sólo era un documento con fines electorales.
Por ello, avaló la transformación de la mica expedida por el IFE en Cédula de Identidad y Participación Electoral, como la esbozan la Secretaría de Gobernación y la autoridad electoral, a fin de implementar una nueva política de identidad de las personas.
Consideró que implementar una cédula de identidad de manera paralela a la credencial para votar afecta la actualización del Padrón Electoral, ya que representa una baja de afiliación al Registro Federal Electoral.
El Instituto Federal Electoral terminaría administrando un instrumento decadente, cada vez más desactualizado, con una cobertura más baja y representaría una pérdida de la calidad de los instrumentos electorales, expuso en entrevista.
Sin embargo, con la transformación de la mica en la CIPE, el IFE soluciona casi todas las principales causales de desactualización del padrón, como defunciones, migración y movilidad territorial, mediante el cruce de información con el Registro Nacional de Población, expuso.
Sin embargo, reconoció que entre las desventajas está el enrolamiento de aproximadamente 82 millones de mexicanos en un plazo muy corto, lo que representa "un reto muy grande" para el órgano electoral.
Consideró que un riesgo del proyecto es la licitación que realiza la Secretaría de Gobernación para la conformación de su base de datos, pues debió estar lista y enfrenta una serie de impugnaciones.
No obstante, Nacif Hernández reconoció que la conformación de una base de datos biométricos por el Registro Nacional de Población ha generado cuestionamientos, por lo que será necesario diseñar una política de protección de datos personales.
De igual forma se requiere que el Instituto Federal de Acceso a la Información y el Congreso se involucren en el tema, pues se requiere de una instancia que vigile la protección de la privacidad de los datos y se garantice el derecho a la identidad de las personas.
Por su parte, el investigador Lorenzo Córdova Vianello consideró que la cédula de identidad requiere de un blindaje que evite el uso político, policiaco y de seguridad pública de la información contenida en su base de datos.
En entrevista, reconoció que la credencial para votar con fotografía es un documento blindado en materia electoral, sin embargo, como mecanismo de identidad "es sumamente frágil y endeble", por lo que el país requiere de un mecanismo específico para garantizar el derecho a la identidad.
Consideró que la expedición de un documento de esa característica debe darse con tiempo, previo a un debate amplio y garantizar que no sea producto de una mayoría política sino de un consenso de todas las fuerzas y actores del país.
Se debe cuidar que el nuevo mecanismo de identidad cuente con los candados que garanticen la integridad e imparcialidad en el uso de su base de datos, expuso el especialista en materia electoral.
Advirtió que el proyecto del gobierno federal de expedir una cédula de identidad "abre muchas dudas como propuesta, sobre todo, respecto a su eventual manipulación para fines político-electorales", pues la historia ha revelado el uso incorrecto de la información.
Lorenzo Córdova refirió que una cédula de identidad también requiere de un marco legal elaborado con el consenso de todas las fuerzas políticas, que integre mecanismos institucionales de vigilancia.
Lo ideal, consideró Córdova Vianello, sería la implementación de un documento de identidad en México mediante la fusión de la credencial para votar y una cédula de identidad, a fin de crear una cédula de identidad y participación electoral.
Subrayó que este proceso no puede ser inmediato para aplicarse en 2010, donde se tendrá al menos 14 elecciones locales, ni en 2012, con una elección presidencial, pues lo más conveniente es que sea un proceso gradual. Ciudad de México
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